viernes, 5 de octubre de 2012

Onomatopeyas


El líquido comienza a filtrarse lentamente por debajo de la puerta. Un arrebato de lucidez te lleva a decidir poner el trapo de pisos en el siniestro espacio que queda entre la chapa medio doblada y la madera podrida que recubre el suelo. Volvés al sillón y a la frazada azul, doblás las piernas, estirás el cuello. Plop. No puede ser, pensás, no hay por donde, y te acordás del Chavo del ocho. Plop. Te envolvés la frazada en los hombros y caminás con los pies desnudos por la casa. Vas primero al baño, creés que puede venir del departamento de arriba. Plop. Se escucha lejos. Prendés todas las luces que jamás usás, abrís las puertitas del bajomesada. Plop. Mirás hacia la entrada y ves que el trapo ya está empapado y el agua hace de las suyas. Te acercás con un balde y lo escurrís,  volvés a ponerlo en su lugar. Plop. Creés haber descubierto la proveniencia. Entrás a la habitación con el balde aún colgando de la manija en tu codo, como si fuera una canastita. Plop. Sí, estás en lo cierto, viene de ahí. Abrís las dos puertas del placard de par en par. Plop. Hay una gotera ahí dentro. El vecino de arriba debe tener inundado su departamento, asumís. Agarrás el paraguas y salís con los pies aún desnudos a tirar piedras a la ventana del de arriba. (Podrías haber subido las escaleras y golpeado la puerta, en realidad). Se levanta el vidrio y el de pelo largo te grita qué querés de mala manera. Vos le contás un poco nervioso lo que sucede. El tipo te dice que estás loco y volvés adentro de pésimo humor. Buscás un pulóver viejo y lo ponés dentro del placard para dejar de escuchar el plop. Te acostás en el sillón con la frazada y doblás las piernas. Plop. Decidís irte a tomar algo por ahí. Los plop simultáneos y en sintonía de la lluvia no te molestan en lo más mínimo. Llegás. Plop. Abrí los ojos, querido, abrilos. ¿Ves? Plop. No hay ni goteras ni trapo en la puerta. Plop. Andate. Si te quedás mucho tiempo junto a tu cuerpo puede que ya no te puedas escapar. Plop.

5 comentarios:

  1. ¡Genial!
    Cuanto me alegra tu decisión de abrir este blog y que nos lo dijeras en el anterior.
    Besos y salud

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  2. Me alegra muchísimo ver tu regreso a la ficción. Me gustó mucho la historia, me produjo una angustia que me acompañó todo el relato.

    Saludos.

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  3. Gran regreso (e inquietante), a la ficción.

    Beso grande

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  4. Siempre entretenidas sus narraciones, obviamente me alegra volver a leerte.

    Un beso

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  5. Hola Sol!! Qué gran placer leerte de nuevo. Hermoso relato. Hay tantos y tantos plops en la vida a los que nos acostumbramos erróneamente. Como tantos otros que no queremos oír. Otros tantos que queremos escuchar selectivamente mientras ignoramos los plops del vecino.Es hermoso lo que escribiste. Me encantó. PLOP.
    Beso grande!

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